28 de febrero de 2011

The Host .

La oscuridad se lo llevo todo menos esto: un rostro.
Aquel semblante me resultaba tan desconcertante como extraños les habrían parecido a ese nuevo organismo mio la ausencia de facciones y los tentáculos serpentinos de mi ultimo cuerpo anfitrión. Había visto ese tipo de rostro en las imágenes que me habían dado para prepararme para este mundo. Resultaba difícil distinguir una de las otras a juzgar de las escasas variaciones de color y forma, las únicas diferencias perceptibles entre un individuo y otro, ya que en conjunto todos se parecían mucho: narices centradas en la mitad de una esfera, con los ojos arriba y la boca abajo, con las orejas a ambos lados. Una variada colección de sentidos concentrados en un lugar, todos menos el tacto. La piel sobre los huesos, el pelo de la parte superior y dos extrañas líneas peludas encima de los ojos. Algunos tenían el pelo en la parte inferior de la mandibula, pero esos eran todos machos. Los colores se encontraban dentro de la escala de los marrones, desde un palido color crema hasta el mas oscuro, casi negro. A parte de por estos rasgos, ¿Cómo podría distinguirse uno del otro?
Sin embargo, terminaría identificando ese rostro entre millones.

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