28 de febrero de 2011

-Yo te prometo un para siempre, ¿vos me lo prometés?
-Eso es demasiado tiempo, todo se puede torcer y podemos terminar odiandonos.
-Bueno, aunque te odie, si me necesitás voy a ir.
-No lo creo... si me odiás no me vas a querer ver.
-Em, cierro los ojos.
-No me vas a querer escuchar.
-Y bueno, no te voy a dejar hablar.
-¿Entonces?
-Te voy a abrazar y te voy a decir: "¿Te acordás de aquella noche que te prometí un para siempre? Lo decía en serio".

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